jueves, 19 de abril de 2007

Inconsciente Colectivo

Nueve de la noche. Hace una hora más o menos que estoy arriba del bondi. De La Horqueta hasta Balvanera. Llueve torrencialmente. Belgrano inundado. A través del vidrio empañado se ve que la gente, en la calle, camina con el agua hasta las pantorrillas. El mundo se desploma pero yo por suerte voy sentada. Palermo. Rayos y centellas y el agua cayendo como una cortina pesada sobre el techo. El colectivo se detiene durante unos minutos. Inquietud creciente. Retrocede, cambia el recorrido. Vuelve a retroceder. Por un momento el vehículo se comporta como un animal que ha perdido el olfato. Los pasajeros salen de su letargo y murmuran. El desastre climático quiebra el ritmo parsimonioso del engranaje social. El cuerpo del otro habitualmente borrado, invisible, meticulosamente evadido, de pronto se hace presente. SE conversa con el que está al lado, minutos antes indiferente. El de campera de cuero y remera blanca con el Guernica estampado en el pecho le explica a la rubia platinada que Juan B. Justo está inundada. La vieja sentada atrás mío, a los gritos, insulta al chofer. El resto de los pasajeros inicia una arenga desafinada para que tome valor y apriete a fondo el acelerador. Un par se acerca y en plan “haceme caso que yo sé lo que te digo” le aconseja una ruta alternativa. Por suerte está Muñoz, en la fila de asientos individuales, que va relatando, para si misma, los acontecimientos en tiempo real. Otro, un poco más allá, editorializa. El pibe que está sentado al lado mío se tienta. Nos miramos con cierto aire de confidencia. Yo también me tiento. Decimos algo así como “Qué gracioso” y yo no sé si pienso o digo en voz alta: “Parece una película de ciencia ficción.

6 comentarios:

ERLAN dijo...

buen retrato!

Anónimo dijo...

Linda, linda, linda.Hacés daño.

Pol Capillas dijo...

Hola! tengo un entusiasmo hiper infantil con lo que estoy bocetando sobre Shepard!
Gracias!
Besos!
p

Anónimo dijo...

Qué bueno, Pol. Estaremos atentos.

Anónimo dijo...

Creo que nunca lo pensé con tal convicción, tía: que bien que escribís, pero enserio, muy.

Anónimo dijo...

Uy, Luci. Gracias. No merezco sus halagos. Pero gracias.