domingo, 26 de agosto de 2007

Balvanera

Ella y su hija se deslizan por la calle en slow motion , con elegante parsimonia, como en una película de Wong Kar-wai. De noche. Transitando las veredas rotas de Balvanera. Casi tan extranjeras, allí donde Buenos Aires empieza a convertirse en el país de las últimas cosas, como los dos chinos de Felices Juntos amándose en un barrio viejo y destartalado. Ellas, entonces, caminan de la mano. La palma suave y diminuta de la nenita sujeta por la mano de su madre. Escuchando el mix melódico que surge de los diferentes locales por los que pasan: la estridencia de una cumbia que brota de los parlantitos del estéreo apoyado en una silla en la vereda; el tango aletargado que proviene del fondo del kiosco; un rock-chabón sonando en el interior del Solo Empanadas; los cánticos alegres y pegadizos de los feligreses salvando sus almas, o hallando un sentido a sus vidas, o simplemente pasando el rato en una de las sucursales de la Iglesia de Dios. Montones de basura se apilan en las esquinas del barrio que ostenta, probablemente, la mayor cantidad de farmacias por metro cuadrado. Pasan frente a la vidriera de un local de pastas caseras en el que detrás de la vendedora vestida de blanco impecable, sobre una repisa alta y larga que se extiende de pared a pared, se dispone una pila simétrica y perfectamente ordenada de latas amarillas y rojas. Se detienen un instante ante esa imagen. Una foto, piensa ella. Qué hermosa foto. La peregrinación hacia el Blokbuster llega a su fin. Luz de tubos fluorescentes. Recorren el laberinto de bateas, se toman su tiempo, eligen dos películas para cada una. Compran una golosina y regresan; las mismas cuadras en sentido contrario, conversando acerca de la naturaleza de los poderes de Súperman.

5 comentarios:

Pedro Kuy dijo...

Así son los textos que me gustan a mí.

Vir dijo...

Este blog es como un mercado de pulgas, Pedro. Entre cacharros y trastos inútiles, cada tanto puede encontrar algo que sea de su agrado.

ERLAN dijo...

El mercado de pulgas es un universo fascinante.

Alfil Negro dijo...

muy cinematografico =D

Leo dijo...

Extrañamente llegué a tu Blog googleando un fábrica de pastas en Balvanera, ante la necesidad de agasajar a un amigo en mi nueva residencia de Once. Reconozco en el texto y en las fuentes -2046- algo propio, por eso, quizás mi gusto. Mis felicitaciones. Lo chequearé y leeré otros textos. un saludo.