jueves, 9 de agosto de 2007

Work in progress

Cruz:

Fue en el mar. Yo vivía en una casa, cerca de la playa. También, como ustedes, había decidido alejarme. La ciudad me resultaba tóxica. Mis libros ya eran bastante famosos. Se vendían. En lugar de hacerme feliz, cada vez tenía una sensación más profunda de fracaso. Quise dejar, dedicarme a otra cosa. Así que decidí irme. Lejos. A un lugar apartado. Como este. El mar siempre me produjo una fascinación extraña y al mismo tiempo, un miedo horroroso. Pero sabía que si quería encontrar nuevas motivaciones para escribir, tenía que estar lo más cerca posible del océano. Le alquilé una casita a un pescador. Me llevé pocas cosas. Como no había electricidad, tuve que acostumbrarme a la máquina de escribir. Al principio todo iba fantástico. Ya no me importaba por qué ni para quién lo hacía. Me levantaba a la mañana muy temprano, desayunaba y me sentaba a hilvanar mis historias. A la noche, salía a pasear por la orilla. La playa en esa zona estaba tan a oscuras, que el mar parecía, por momentos, un manto de alquitrán. Otras veces, parecía la lengua de un monstruo gigante que iba y venía, relamiendo las comisuras de la orilla, como si acabara de tragarse algo terriblemente empalagoso. Esa visión me hipnotizaba. A medida que la vista se fue acostumbrando a la oscuridad, y que el resplandor de las estrellas era suficiente para distinguir la línea del horizonte, lindando con el cielo, me concentré en las cosas que se agitaban mar adentro. Formas plateadas, remolinos. Figuras largas y sinuosas. Una noche, busqué el bote que el pescador guardaba en el galpón y me metí en el mar, sin tener la menor idea de cómo manejarme con los remos. Lo arrastré por la arena –ni me preguntes de dónde saqué la fuerza- y lo empujé sobre las olas. Ahí estaba yo, mecido como un embrión recién concebido en medio de ese útero bamboleante, mareado de placer, envuelto por la inmensidad del cielo, dejándome transportar hacia adentro, como arrastrado por una cuerda invisible... ¿Te estás aburriendo?

7 comentarios:

Pedro Kuy dijo...

Seguí, V.

Anónimo dijo...

daaaleee!!!! YYY!!????

Anónimo dijo...

qué raro. un escritor con posibilidades de ir en cafúa por no honrar un contrato de edición. qué raro.

Anónimo dijo...

dejalo asi, me aburrí

ERLAN dijo...

Muy bueno, V, quiero más.

Vir dijo...

Mañana hay más. El que se aburra que no lea, ocbvio. (Suna ficción, Copi. Una partecita muy sacada de contexto. Pero tomo nota de la observación. Gracias. Y a Pedro. Y a Prats, claro.)

Vir dijo...

No solo tom� nota, sino que saqu� esa parte. Es cierto. Quedaba muy est�pido.