miércoles, 13 de diciembre de 2006

Mutaciones

Escucho el sonido de la lluvia clavándose sobre el techo de la casa-grieta. Mis ojos fijos en la mancha de humedad, como si cierto poder hipnótico pudiera impermeabilizar la superficie que poco a poco comienza a resquebrajarse. Una diminuta imperceptible gota cae sobre la sábana floreada, a medio centímetro de mi pierna. Afuera, una performance de microorganismos en descomposición se desarrolla en el fondo resbaladizo de la pileta. El agua encuentra un resquicio por el cual filtrarse y se forma una cascada que imprime estrías grisáceas sobre la pared blanca. La casa-herida tiembla, se desmorona.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

¡La casa Usher! Santo cielo. Salga de ahí. Todo puede prolapsar esta noche.

Pol Capillas dijo...

iba a felicitarla impresionado por el éxito de comentarios de su post anterior, casi superando a la exitosa pezmecedora pero finalmente en su mayoría eran dialoguillos entre Dunken y el granaderito ese sin tilde...
Bien igual! siga así

Vir dijo...

Busco refugio.

Anónimo dijo...

polcapillas: tenga mucho miedo.

Anónimo dijo...

No hay dudas: a Ex-Isa el verano la vuelve prolìfica. Siga asì, pronto la mandaremos al tròpico y se volverà una de las mejores escritoras de los ùltimos tiempos (talento ya tiene, se ve).

Vir dijo...

Se ve que mi agente de márketing encubierto está haciendo un buen trabajo. Si apenas son unos garabatos desordenados... Tantísimas gracias.

Anónimo dijo...

La canícula del trópico suele ser implacable, en esta época del año. Ojo.

L. dijo...

Agente descubierto, ahora.

Anónimo dijo...

en este blog estan todos calientes, me parece

Anónimo dijo...

Qué comentario tan inapropiado.

Anónimo dijo...

Una fina percepción de la situación, la de anónimo

Anónimo dijo...

fina percepción? se huelen extrañisimos humores a cien metros a la redonda. esto de calor todo lo delata. ejem.