miércoles, 7 de febrero de 2007

Alicia en el país de las pesadillas


Brazadas de desesperación en busca de, aunque sea, una ramita seca para aferrarte, cuando ya tomaste mucho más de lo que hubieras debido del frasquito que dice: “bébeme” y te volviste diminuta como un insecto y te ahogás en el mar de tus propias lágrimas, porque cometiste el error de perseguir irresponsablemente al conejo blanco, al que se le hacía tarde, y que jamás reparó en vos.

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